Rotundo y redondo

ORQUESTRA FILHARMÒNICA DE LA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA. Programa: Obras de Asencio, Olmos, Salvador, Valdés, Palau, Sánchez y Garcés. Solis­ta: Marta Estal Vera (soprano). Direc­tor: Hilari Garcia Gázquez. ­Lu­gar: Palau de la Música. Entrada: Alrededor de 1100 personas. Fecha: Jueves, 20 de octubre de 2016.

La Orquestra Filharmònica de la Universitat de València y su director titular Hilari Garcia Gázquez (La Pobla Llarga, 1975) han inaugurado el Curso Académico con un valiente y comprometido concierto cuyo programa se adentraba en composiciones de creadores valencianos nacidas durante la II República (1931-1939). Un feliz recorrido por la música del conocido como “Grup dels Joves” que ha posibilitado el encuentro y reencuentro con personalidades tan cercanas -y lejanas- como Vicent Asencio (1908-1979), Vicent Garcés (1906-1984), Ricardo Olmos (1905-1986), Manuel Palau (1893-1967), Matilde Salvador (1918-2007), Luis Sánchez (1907-1957) y Emilio Valdés (1912-1998).

            Estimulaba ver el Palau de la Música poblado por un público variopinto (abundaba la gente joven, claro, pero también los que ya peinamos canas), abierto sin reservas a escuchar y disfrutar de la música de aquella generación -de héroes- que se afanó por crear una manera compositiva propia a partir de señas de identidad –folclóricas y no folclóricas- netamente valencianas. Y estimulaba aún más ver a los jóvenes instrumentistas universitarios valencianos empeñados en la gran y nada fácil empresa de dar vida a los pentagramas de sus antepasados musicales.

            No resulta fácil abordar un monográfico integrado por obras ajenas al gran repertorio, cuyas referencias auditivas son nulas. Sin embargo, el público disfrutó, aplaudió y hasta vitoreó tanto a intérpretes como interpretados. Mucho contribuyó a ello la calidad y entrega de los jóvenes profesores valencianos, que, sin alcanzar la profesionalidad, sí mostraron calidades profesionales en sus nutridas secciones. Artífice de estas excelencias es su director titular desde 2011, Hilari Garcia, maestro de gesto parco. Poco efectista pero sí efectivo. Se volcó en mimar cada pentagrama, cada compás, cada acorde y cada nota para obtener de sus jóvenes músicos una respuesta de calidad, empastada y matizada por la calidad de los buenos solistas que pueblan los atriles de la universitaria orquesta.

            En todo el programa se sintió esa reivindicación de un estilo propio que tanto buscaron los compositores valencianos de la época, cuando Valencia era un hervidero cultural y capital de la España republicana (entre noviembre de 1936 y octubre de 1937). Desde las Tres obres per a orquestra d’arc que compone Vicent Asencio entre 1932 y 1934 hasta la lucida Dansa plenilunar que en 1931 da a conocer Vicent Garcés, el programa surcó músicas tan infrecuentes como los tres fragmentos del inédito y cinematográfico Documental valenciana que escribe Manuel Palau en 1936 para la película Valencia y sus flores, o el poema sinfónico Amaneix, en cuyo vistoso colofón Luis Sánchez parece emular al mismísimo Ravel en su brillante orquestación del final de Cuadros de una exposición (La gran puerta de Kíev).

            Las hermosas y delicadas canciones de Vicent Asencio y de su esposa la castellonense Matilde Salvador se escucharon en la voz de la joven soprano Marta Estal Vera, que aportó sensibilidad y estilo a unas versiones en ocasiones cortas de fuerza y de volumen, algo que acrecentó el no siempre contenido acompañamiento. La sonora jornada de apertura académica acabó como tenía que acabar: con un éxito rotundo y redondo de todos. También de aquellos heroicos compositores valencianos que en tiempos muy difíciles sembraron la semilla que ha hecho posible que hoy en su amada tierra exista una orquesta y unos instrumentistas como los de la Orquestra Filharmònica de la Universitat de València. Justo Romero

Publicado en Levante