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Quincena donostiarra: teatralidad
Por Publicado el: 03/09/2007Categorías: Crítica

Un “Otello” de claroscuros

Quincena Musical Donostiarra
Un “Otello” de claroscuros
“Otello” de Verdi. J. Botha, N. Focile, C. Guelfi, R.P. Clark, T. Tramonti, A. Walter, S. Youn, E. d’Aguanno. Coro Orfeón Donostiarra y Coro de la Radio de Colonia. Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia. S. Bychkov, director. Auditorio Kursaal. San Sebastián, 1 de septiembre.
Todo el mundo musical se citó en la ópera en concierto “Otello” con la que se cerraba la Quincena Musical Donostiarra. Era sobre el papel uno de los grandes acontecimientos de la edición y no defraudó, aunque tampoco convenció en todos sus extremos. La Quincena ha tenido la suerte y la inteligencia de poder contar de forma muy económica con Semyon Bychkov y el paquete completo que grabará próximamente la obra verdiana. Es, si no recuerdo mal, la segunda vez en la que Bychkov realiza conciertos públicos en San Sebastián antes de pasar por el estudio. Anteriormente fue con “Elektra”.
El maestro ruso es una de las batutas más eficaces y vibrantes del presente. Lo demostró en la “Elektra” citada y en el “Lohengrin” ofrecido hace unos tres años en Salamanca. En el repertorio italiano, todo hay que decirlo, aquellas virtudes parecen algo excesivas. En “Otello” sonó demasiado la orquesta, lo que podía no haber sido problema alguno de contar con voces de peso, pero no fue así. Tanto la Desdémona de Nuccia Focile como la Emilia de Tiziana Tramonti resultaron inaudibles en algunos pasajes, fundamentalmente en el gran concertante que cierra el tercer acto. Foccile no es la soprano lírica ancha que demanda el papel, sino una lírica bastante ligera. De ahí que momentos como “A terra” quedasen difuminados por falta de graves y que su mejor intervención se produjese en la “Canción del sauce” y el “Ave María”, cantados con exquisito gusto y musicalidad. Carlo Guelfi volvió a demostrar que recita muy bien –adecuado el “Sueño”- y que canta poco y sin armónicos baritonales –absolutamente pálido el “Credo”- mientras que en los papeles secundarios sobresalía el Montano de Samuel Youn. Buscar hoy día un Otello de la categoría vocal de del Monaco o intelectual de Domingo es tarea imposible y por ello la opción Johan Botha es de las mejores. Su caracterización no es profunda, pero aporta una gran voz. Estuvo mucho mejor en segundo, tercer y cuarto acto que en el primero, donde no destacaron ni el “Esultate” ni el poco inspirado dúo de amor. Contar con el Orfeón Donostiarra y el Coro de la Radio de Colonia –casi centenar y medio de voces- fue todo un lujo. Otro gran éxito al finalizar la Quincena.
El día anterior se realizó un homenaje al célebre arpista Nicanor Zabaleta, en el que fue interpretado el concierto que le dedicase Xavier Montsalvatge. Lo dirigió el ruso Andrei Boreyko, al parecer maestro que entra en las quinielas para suceder a Varga en la titularidad de la Orquesta de Euskadi, conjunto en pleno cumpleaños. Gonzalo Alonso

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