Recomendación: Arkadi Volodos, un pianista serio
Un pianista serio
Arkadi Volodos nació en San Petersburgo el año 1972. No fue un niño prodigio, pues hasta los quince años no se sentó ante el piano con intenciones de dedicarse a ello seriamente. Su personalidad como instrumentista se forjó entre París, Moscú y Madrid. Y lo que es hoy, cuando todavía no ha cumplido los cincuenta, es producto de un trabajo continuado, serio y concienzudo. Lo que, de entrada, ayuda a superar un cierto tópico que gira a su alrededor: no es un trueno del Este; no es un virtuoso a la rusa. Al menos no solamente. Hay que escucharle Bach, por ejemplo, para entender que tras sus buenísimas facultades digitales y su voluminoso y bello sonido, aparece la figura del buen músico, del intérprete que estudia con respeto, sin adentrarse en aventuras que solo conducen al desconcierto cuando no la simple vulgaridad. Por eso sus recitales suelen ser siempre garantes de valores musicales auténticos y reconocibles.
Volodos tiene en repertorio a los grandes pianistas románticos. A Schubert, a Schumann, a Brahms, a Liszt, pero también a Mompou, al que interpreta con sensibilidad a flor de piel. Y, por supuesto, a los rusos: Tchaikovsky, Prokofiev, Rachmaninov o Scriabin. Así que este recital es una excelente ocasión para comprobar si las apreciaciones de este pobre comentarista son confirmables o simplemente pura fantasía: tocará Schubert (el fragmento de sonata D.157 y los seis Momentos musicales ); una muy interesante selección de preludios de Rachmanivov ( con un precioso añadido en transcripción del propio Volodos, la Serenata op.3/5 y el Etude tableaux op.33/3) , más cinco piezas singulares de Scriabin: la Mazurka op.25/3, Caresse dansée op.57/2, Enigme op.52/2 y Dos danzas. Pedro González Mira
Arkadi Volodos, piano. Obras de Schubert, Rachmaninov y Scriabin. Auditorio Nacional de Música, Sala sinfónica. Martes 8, 19.30. Entre 32 y 65 €.
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