Una “Flauta” casi española
Temporada de ópera en Jerez
Una “Flauta” casi española
“La flauta mágica” de Mozart. A.Rodríguez, R.Rosique, G.Bermúdez, L.J.Seok, T.Hempel, A.Nebot, J.Canales, L.Rodríguez, B.Valido, M.Roca, J.M.Díaz, P.M.Calvo, etc. Coro del Teatro Villamaría y Orquesta Manuel de Falla. J.Ruiz, escenografía y figurines. F.López, dirección de escena. J.L.Pérez, dirección musical. Teatro Villamaría. Jerez, 25 de mayo.
El Teatro Villamaría de Jerez ha presentado una nueva producción de “La Flauta mágica” que sobre el papel reunía muchos atractivos. Obviamente no puede juzgarse una representación en Jerez con los mismos patrones de exigencia que en Madrid, Barcelona o incluso la cercana Sevilla, porque medios y presupuestos son muy diferentes. El Villamarta es un teatro que, con un presupuesto muy reducido, realiza unos esfuerzos enormes y logra presentar producciones que después giran ampliamente por la red de teatros nacionales. Así sucedió con “Traviata”, “Rigoletto” o “Los amantes de Teruel” y así podrá suceder con esta “Flauta mágica” en cuanto Francisco López retoque algunas cosas.
La producción resulta excesivamente oscura ya que, por mucho que la Reina de la Noche pueda sumergirse en las tinieblas, no hay que olvidar que el sol es también protagonista fundamental. Un poco más de luminosidad ayudaría a una mayor fluidez del discurso y también a resaltar el animado vestuario. Obras como “Flauta mágica” precisan una más sólida y viva dirección orquestal que la de Juan Luís Pérez, quien debió cuidar más aspectos como el trío de niños, punto débil de una representación cuyo reparto se había cuidado mucho para casi poderlo ofrecer totalmente de habla hispana. Creo que Sarastro y la Reina de la Noche debieron unirse a los demás en el lenguaje, porque no acaba de encajar la traducción al castellano de los diálogos si luego algunos parlamentos siguen en alemán.
En el reparto sobresalió el buen hacer de Ruth Rosique y Gabriel Bermúdez. La primera posee una voz importante que ni necesita ni conviene que sea forzada. El segundo mostró las tablas de quien lleva años en la compañía de la Ópera de Zurich y domina vocal y escénicamente el papel. Lamentablemente no puedo realizar la referencia que hubiera deseado de Ángel Rodríguez, ya que no llegué a los momentos más significativos de Tamino por culpa de un retraso de Spanair, incapaz además durante cuatro horas de dar otra comunicación cada media hora que “dentro de media hora se les volverá a informar”. Lástima de una flauta mágica que hubiese convencido al coordinador responsable de la obligación de dar una explicación. Gonzalo Alonso
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