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Por Publicado el: 21/08/2017Categorías: Noticias

Una gran edición del Festival de Peralada

Una gran edición del Festival de Peralada

El Festival de Peralada tuvo que cerrar con un triste suspiro. Antes del espectacular montaje de Acosta Danza, que ponía punto y final a la 31ª muestra del clásico del verano, el propio coreógrafo y el director del Festival, Oriol Aguilà, expresaban su solidaridad con las víctimas del ataque terrorista y con los barceloneses antes de dar paso a un minuto de silencio.

Sólo la lluvia que, en forma de tormenta, obligó a suspender, a mitad de función, la representación de Madama Butterfly el día 9, algo que no había ocurrido en los últimos 9 años, estropeó una velada del Festival que, por lo demás, ha aprobado con sobresaliente una vez más su cita de verano en el paraíso ampurdanés.

Con un presupuesto de 3,8 millones de euros, los organizadores han asegurado que se ha conseguido un impacto “muy destacado” de forma directa e indirecta en el territorio, sobre todo en el sector de servicios del Alt Empordà.

El festival termina con un estupendo 92% de ocupación (un total de 26.127 entradas vendidas) en los veintidós espectáculos programados, de los que en diez se agotaron las entradas:  las dos funciones de Butterfly, los recitales de Kunde, Arteta y Lezhneva, el estreno de la ópera “Sugar Blood”, y los conciertos de Battiato, Malú, Jarabe de Palo y Bryan Ferry.

Dieciséis propuestas han tenido lugar en el Auditorio del Castillo de Peralada, siete en la Iglesia del Carme y uno en la plaza de la Vila.

La iglesia, con un aforo de unas 240 personas, se ha convertido en un marco exclusivo ideal para la lírica que incluso va creando un nuevo público que asiste cada día a los recitales y concluye con la asistencia a la ópera en el Auditorio.

En esta edición, estos encuentros líricos comenzaron el 3 de agosto con la voz de la soprano Pretty Yende, que obtuvo un gran éxito con su voz de exquisita naturalidad y que supo declarar sus intenciones rematando el recital con el aria “I want to be a prima donna”, de Herbert.

El 5 llegó Ainhoa Arteta en una velada de homenaje a Victoria de los Ángeles y que recibió la medalla del certamen. Acompañada por la orquesta que lleva el nombre de la homenajeada, se estrenaron dos canciones del compositor y director del conjunto, Pedro Pardo, dedicadas a la propia Arteta y basados en poemas escritos por Victoria.

Uno de ellos, “A ti”, fue especialmente emotivo, ya que el poema hablaba de los sentimientos de la desaparecida soprano catalana hacia el padre de sus hijos y que, en la versión musical de Pardo, se convertía en un duro diálogo entre el violonchelo y la cantante.

El día 6 visitaba Peralada la voz angelical de Julia Lezhneva acompañada por su pareja y representante al piano, Mikhail Antonenko. La joven rusa ofreció un espléndido recital rico en coloratura y virtuosismo que remató con un bis de su último disco de Graun.

Al día siguiente concluyó este pequeño ciclo con la voz del tenor Gregory Kunde, que interpretó Verdi, Puccini, Leoncavallo y que concluyó con un público enfervorizado ante su versión de la conocidísima “My way”.

La semana culminó con la representación de Madama Butterfly en el Auditori del Parc.

La soprano albanesa Ermonela Jaho no defraudó en el papel protagonista con unas críticas unánimes extraordinarias. El director de escena escogido para la ocasión, Joan Anton Rechi, encantó al público situando la acción en una Nagasaki destruida por la bomba atómica.

En lo que respecta a la ópera, el Festival también contó el 19 de julio con el estreno de “La straordinaria vita di Sugar Blood”, del compositor Alberto García Demestres (Barcelona, 1960), una ópera sobre la diabetes con libreto de Cristina Pavarotti,  hija del célebre tenor (al que se dedicó la función), y el propio compositor, que fue un completo éxito.

La producción contaba con el Cor Vivaldi dirigido por Òscar Boada y un reparto en el que figuraban Sara Blanch, Antoni Comas, Mireia Pintó y Neus Roig, además del actor Pere Ponce y el pianista Ricardo Estrada.

En lo que se refiere a las orquestas, las cultura francesa ha estado muy presente en esta edición con la actuación de la Orquesta Nacional del Capitole de Toulouse, a quienes canceló en el último momento Iréne Theorin, lo que no impidió que acabaran el concierto con una gran ovación. La Academia Barroca Europea de Ambronay y el pianista Alexandre Tharaud tuvieron también una gran acogida.

La Orquesta Sinfónica de Bilbao y la de Euskadi gozaron también de grandes aplausos en sendas actuaciones.

Oriol Aguilà, contento de los resultados, ha comentado a la prensa: “El público ha disfrutado mucho, pero nuestra obsesión no es ni incrementar el número de citas ni el de los espectadores de gran fidelidad que tenemos, sino en mantener el proyecto con la calidad y creatividad actuales”.

Casi finalizados los festivales de verano sólo esperamos las próximas citas de un festival que ya lleva 31 años demostrando su solvencia.

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