Una lección en la “Carmen” de Bizet de Granada
Festival de Granada
Una lección en la “Carmen” de Bizet
“Carmen” de Bizet. A.C.Antonacci, A.Richards, A.C.Gillet, N.Cavalier, etc. Coros Monteverdi y Presentación. Orquesta Revolucionaria y Romántica. J.E.Gardiner, director. Palacio de Carlos V. Granada, 5 de junio
La Ópera Cómica de París, el Gran Teatro de Luxemburgo, la Ópera de Atlanta, el Staatstheater de Nuremberg y el Festival de Granada han coproducido un espectáculo que en principio llegaba completo a los cuatro primeros lugares y en versión de concierto a Granada. Sin embargo Gardiner no se resignó y recreó la vida escénica de la ópera mediante movimientos tomados de la representación completa adaptándolos al Palacio de Carlos V, un maravilloso emplazamiento pero carente de técnica escénica. Y se logró que con los solistas y el Coro Monteverdi –absolutamente formidable en lo vocal y en lo teatral- actuando por todos los alrededores de la orquesta se crease también un drama escénico. Granada habrá tomado buena nota de un mundo lleno de posibilidades que se le abre y que se abre también a teatros y salas de conciertos en nuestra época de vacas flacas. Esta forma inteligente de hacer las cosas –la misma que empleara Marco Carniti en una aclamada “Clemencia de Tito” en el Teatro Real- resulta más válida para la música que muchas de las absurdas, rebuscadas y carísimas puestas en escena de nuestros días y el público disfruta con ellas mucho más que con un concierto y casi como con una ópera representada completamente. Sólo faltaron la flor y el anillo para lograr credibilidad total.
Gardiner eligió una versión – la “Urtext Edition” de Richard Lantam Smith- con textos, diálogos incluidos, y músicas que no se suelen escuchar. El público supo que Don José no es un ingenuo soldado que se deja embaucar por Carmen llevándole a la desgracia, sino que se trata de un hombre violento que ya mató antes a un joven en una pelea y que se alistó huyendo de la justicia. Gardiner llevó la partitura con brío inusitado, con vigor y matices propios de gran experto en un repertorio que él no frecuenta y la orquesta respondió a las mil maravillas. Dentro del homogéneo reparto destacó la presencia de Anna Caterina Antonacci en el papel titular, convincente en todos los sentidos y sólo falta de un punto de desgarro, mientras que la Micaela de Anne-Catherine Gillet atrajo musicalmente y llenó de calor al anodino personaje. Nicolas Cavallier otorgó rotundidad a Escamillo y Andrew Richards dotó de dramatismo a Don José, creciéndose a lo largo de la velada, y solucionó con falsetes los compromisos más líricos. Un éxito total. Gonzalo Alonso
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