Una magnífica y diferente ´Iberia´
Una magnífica y diferente ´Iberia´
Como no podía ser de otra manera, la discografía de la Iberia no solo es abundante, que también; además, las diferentes versiones revelan la variedad esperable de una música crucial. Iberia no solo supone una meta interpretativa para los mejores pianistas, sino que, por ser una obra tan integral en todos los sentidos, ofrece múltiples opciones para ser recreada. Y encierra algo más: una extraña capacidad para permitir a cada intérprete que decida tocarla que retrate una cierta opinión musicológica acerca de ella. Naturalmente eso sucede con todas las grandes músicas, pero cuando se trata no solo de grandes músicas sino de músicas únicas, las interpretaciones conllevan mayores riesgos. Iberia encierra algo más que una gran música; revela una nueva manera de entender el piano, tras la avalancha romántica de los grandes creadores del XIX. Es además, como por ejemplo le sucede antes al piano de Grieg, una música periférica que, si bien deviene en valores que se deben aceptar como universales, posee una carga fronteriza de indudable unicidad. No conozco otras que planteen esa dualidad con tanta grandeza, propiedad, fundamento e incluso crudeza, salvo en el caso, quizá, de sus casi contemporáneos Preludios de Debussy. Así que interpretar Iberia supone ´mojarse´ de verdad, amén del reto de abordar un pianismo que técnicamente lo requiere todo, pues también es eso Iberia, uno de los manuales técnicos pianísticos más ricos y complejos que imaginarse pueda.
Claudio Arrau (Libro I, 1947), Rosa Sabater (1967), Aldo Ciccolini (1967), Esteban Sánchez (1969), Alicia de Larrocha (1962, 1973 y 1986), Ricardo Requejo (1986), José María Pinzolas (1987), Rafael Orozco (1992), Jean-François Heiser (1994), Guillermo González (1997), Miguel Baselga (1998-2003), Daniel Barenboim (Libros I y II, 2001), Ángel Huidobro (2004), Rosa Torres-Pardo (2004), Luis Fernando Pérez (2006), Gustavo Díaz-Jerez (2009), Marisa Montiel (2009), Lang Lang (Libro I, 2010) y Eduardo Fernández (2010) son las Iberia presentes en las estanterías de mi discoteca. Son también de las que tengo noticia en disco, aunque supongo que si uno consultara un catálogo aparecerían muchas más. Creo que son, no obstante, las más significativas y mejores. Gustavo Diáz-Jerez, que como se ve ya la había hecho en disco antes, la vuelva a grabar ahora, y en soporte de vídeo, lo que da al producto, de espléndida factura por otro lado, un valor añadido. ¿Cómo es musicalmente?
Pues bastante diferente a su versión discográfica anterior, lo que es en cierta medida lógico; no la habría vuelto a grabar si no en un tan corto espacio de tiempo. Pero lo más llamativo es la línea musical bajo la que ha desarrollado su versión, apartándose al mismo tiempo de muchas de las interpretaciones clásicas consignadas antes, pero también de las de los jóvenes pianistas que han irrumpido en el piano de Albéniz tras Alicia de Larrocha, seguramente el gran referente interpretativo de la obra. Díaz-Jerez no hace un Albéniz efusivo, ni un Albéniz voluminoso, ni un Albéniz nacionalista, ni ningún tipo de experimento que se lleve todo eso al baúl de los olvidos por arte de la pura iconoclastia. A mi entender, su Albéniz mira a Debussy, al piano francés, olvidándose de tremendismos y colores fuertes, pero también del alhambrismo que estuvo de moda en su momento. Eso quiere decir que, al contrario de lo que hacen otros pianistas, no participa de la vocación futura de Granados y Falla. Es totalmente de su tiempo, y por eso sitúa Iberia frente al Debussy más intimista e introspectivo. Díaz- Jerez despliega sobre las notas de su Iberia elegancia y paz, y no le interesa en absoluto el discurso temperamental y recio. Su versión nos conduce a un piano delicado, desde luego nada alemán, y en cierta medida poco romántico, en el sentido sicologista, aunque fraseado con paladeo. Es, por consiguiente, muy poco exhibicionista y bastante reflexivo, entendida la reflexión como una manera de ahondar en la belleza de la abstracción. Dicho de otra manera, el pianista canario ha hecho un buen servicio a esta música, como es sabido tan localista como uno quiera verla pero siempre bajo las obligaciones que emanan de su universalismo indiscutible. Pedro González Mira
ALBÉNIZ: Iberia, Libros I al IV. Gustavo Díaz-Jerez, piano. Grabada en el paraninfo de la Universidad de Gran Canaria entre el 20 y el 24 de julio de 2015, Orpheus, OR 3012-9010. DVD.
Últimos comentarios