Una rubia poco peligrosa
XIV Ciclo de lied
Una rubia poco peligrosa
Obras de Strauss y Mahler. Anne Schwanewilms, sopano y Malcolm Martineau, piano. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 17 de diciembre.
Ya conocíamos a la soprano Anne Schwanewilms por su interpretación de la Ariadna de Strauss que abrió la pasada temporada del Teatro Real y por ello sabíamos que es una buena transmisora de la música de este compositor, a quien dedicó la mitad de su programa de presentación como liederista. La larga melena rubia, el vestido largo de terciopelo granate y el aire de inocencia nos hizo sentir por un momento que estábamos en una representación de “Lohengrin” en la que ella era naturalmente la infeliz protagonista curiosa. Era comentario general.
El programa, excesivamente largo en su primera parte y demasiado breve en la segunda, apenas incluyó piezas populares y, de hecho, los tres lied de Ofelia de Hamlet alejaron bastante a un público que no acabó de entrar en calor. Prueba de ello fue la única propina a que hubo lugar. Sin embargo la velada mantuvo muy altas cotas, con una voz pura y bella, de auténtica soprano lírica, que abordaba un tanto abstraída, con la mirada perdida, cantos de amor de todo tipo de Strauss y Mahler, muy bien acompañados al piano por Malcolm Martineau. Fue un recital en el que quiso pudo encontrar una serenidad, una paz, que pocas veces logra transmitirse. Anne Schwanewilms no es para nada una rubia peligrosa, pero algunos lo agradecimos. Ya está bien de tensiones y agresividad. Gonzalo Alonso
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