Unos cuentos sabios
Temporada de la ABAO
Unos cuentos sabios
“Los cuentos de Hoffmann” de Offenbach. A.Machado, M.Poblador, V.Kutzarova, M.Bayo, K.Gorny, K.Goeldner, C.Fel, C.Jean, I.Mentxaka, J.Ruiz, M.Moncloa, etc. G.C del Monaco, dirección de escena. A. Guindal, dirección musical. Producción de la Ópera de Niza y la Opera de Roma. Palacio Euskalduna. Bilbao, 7 de mayo.
Si estos “Cuentos de Hoffmann” han supuesto el mayor éxito de la temporada de la ABAO se debe fundamentalmente a la labor de Gian Carlo del Monaco. Estamos ante un regista serio, profundo conocedor, tanto teatralmente como musicalmente, de las obras que aborda y que sorprende por su versatilidad. Le hemos visto trabajos en los que, sin casi limitaciones económicas, la espectacularidad casi se impone al sentido dramático –es el caso de “La Boheme” madrileña- y otros en los que la labor actoral, el concepto teatral, hacen olvidar parquedades de medios. Un poco de esto último sucede en estos “Cuentos”, ya conocidos hace seis años en Sevilla, que no denotan sus ya veinte años de vida. Son plenamente actuales por su abstracción. Con un único decorado de Michael Scott –tres paredes con una desnudez sólo rota por “pintadas” y las puertas que abren las historias- crea puro teatro gracias a una impresionante dirección y a la sabiduría con que maneja los elementos móviles. Los cuentos tienen una continuidad marcada por unos pocos módulos y por la determinante presencia de Olimpia, Giulietta y Antonia, que resultan ser de verdad tres expresiones de una misma mujer. Del Monaco se centra en los aspectos depresivos de la historia. Pasa del romanticismo al existencialismo de Sartre y con ello plantea una auténtica ópera y no la opereta muchas veces vista. De ahí que el protagonista, alrededor de quien gira todo, sea caracterizado como el Hoffmann real, jorobado y cojo. Siempre agarrado a una botella, cuenta y vive sus pesadillas. Aquiles Machado está soberbio, tanto escénica como vocalmente, al reflejar en todo momento el carácter “perdedor” del personaje.
María Bayo ya no aborda los tres papeles, sino el que de verdad le va, el de Antonio y está soberbia en él. Brava Milagros Poblador, muy segura en los temibles agudos y coloraturas. Sin pena ni gloria pasa Valentona Kutzarova como Giulietta. Katherine Goeldner resulta un buen Niklausse y Konstantin Gorny canta Dapertutto en el adecuado registro de bajo-barítono atendiendo más bien a este último. Correcto el resto del reparto y excepcional José Ruiz como Pitichinaccio. Del Monaco impone la versión de Oeser –Antonia al final- que Alain Guingal dirige con fuerza aunque a veces demasiado volumen y rapidez. Un gran éxito para todos. Gonzalo ALONSO
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