Bayreuth: “La Valkiria” con sangre entra
Bayreuth: “La Valkiria” con sangre entra
El artista Hermann Nitsch, de 82 años, impulsor del accionismo vienés de los años 50 y famoso por trabajar con vísceras y entrañas de animales, realizará una acción artística durante la versión en concierto de la ópera wagneriana
“Nací en Viena en 1938 y crecí durante la Segunda Guerra Mundial. Entre 1943 y 1945, cuando era niño, supe lo que era vivir ataques con bombas a diario. Mi padre cayó en Rusia. Incluso en la escuela, la guerra me convirtió en cosmopolita y oponente de todas las nacionalidades y de todas las políticas. Fui un fracaso en la escuela, aunque mi talento para el dibujo me permitió estudiar en el instituto de docencia e investigación gráfica, donde recibí una buena educación artística básica: estudié la naturaleza, la pintura abstracta. También me ocupé de la poesía, el teatro y la música clásica. Sentí verdadera fascinación por la obra de arte total desde la tragedia griega, a Monteverdi, Wagner, Richard Strauss, Debussy, Alexander Scriabin, Kandisky y Schönberg”. con estas líneas se presenta Hermann Nitsch en su página web. Va directo al grano. Su nombre es clave a la hora de hablar del Accionismo vienés en los años cincuenta. Su propio país le repudió durante un tiempo: era demasiado avanzado, iconoclasta, libre. En sus acciones, que podían durar horas y días, la sangre fluía. Lo mismo que las entrañas y vísceras de los animales. Ver, oír, oler, saber, tocar. Los cinco sentidos están asociados a su arte. Estados Unidos le recibió a finales de los sesenta del pasado siglo con los brazos abiertos. Fue su reconocimiento internacional incontestable mientras Europa le daba la volvía la espalda e incluso le hacía pasar por interminables procesos judiciales.
A sus 82 años, Nitsch, poseedor de un castillo en la localidad austriaca de Prinzendorf (que le compró su esposa Beate) escenario de su multitudinario y famoso Teatro de Orgías y Misterio, desembarca en Bayreuth. ¿Aguantará el festival la propuesta de este creador insolente? ¿Habrá una desbandada en masa del patio de butacas cuando se escuchen los primeros sones wagnerianos? La primera mujer directora de orquesta con “El holandés errante” y el creador alemán, provocador y polémico casi desde la cuna, se antojan demasiado para esta edición. No será la del día 29, cuando se inaugure “La Walkiria” (las otras dos representaciones se celebrarán los días 3 y 19 de agosto) con su propuesta, la primera vez en el mundo lírico de Nitsch. La Ópera Estatal de Viena le encargó la dirección de escena de “Herodías”, de Massenet en 1995 en lo que supuso su reconciliación, como él mismo ha explicado con los vieneses. En 2001 llegaría ”Satyagraha”, de Philip Glass, en Zurich “Fausto” en 2007 con dirección de orquesta de Franz Welser-Möst y en 2011 se ocupó de “San Francisco de Asís”, de Messiaen, en la Ópera Estatal de Baviera en Munich.
Lienzos que lloran y túnicas negras
En Bayreuth el encargo fue que realizara una de sus acciones mientras se escucha la ópera wagneriana. “No quería encargarme de una producción completa porque me resta fuerzas para dedicarme a mi trabajo artístico, que es en el que realmente estoy concentrado. Pero al ser semi stage acepté”. La sangre abundará. No podía faltar su marca, pero que nadie se asuste: será pintura roja, enormes lienzos que se irán cubriendo de colores, según sea la música y las indicaciones que vaya dando el artista a sus trabajadores. Según, también, la música wagneriana, que es, dice, la que manda. “Mi deseo es crear una avalancha de colores, pero nada que tenga que ver con un arco iris”, ha explicado. “No veo esta ópera como una obra única. Es parte del “Anillo”, y todos los símbolos que aparecen allí también se celebran en “La Valquiria”. Yo hago mi trabajo, mis acciones de pintura y trato de responder con ella a ese “tono de llamada” que escucho. Ni siquiera sabía cuánto encajaba mi acción de pintar en los sonidos del “Anillo””, ha asegurado. Cumple, así, el sueño de estar más cerca de Wagner, un compositor al que “admiro y que me resulta fascinante. Su música en sensual y consigue que la música florezca más allá de la melodía”, ha declarado.
Mientras suena la música las telas van recibiendo el color a tiempo real. Son enormes. ¿Y cómo las pintan? Se lanzan los colores desde la parte alta. Todo empieza con un blanco puro, casi deslumbrante, para acabar en cada acto tomando la gama que el austriaco desea. Como si los cuadros llorasen. Lágrimas de pintura. Los cantantes visten túnicas negras. Nitsch no se inmuta ante lo que el público pueda opinar. Es un asiduo del festival porque ama a Wagner: “Lo que intento es hacer un buen trabajo. Para mí no hay categorías como conservador y moderno en alusión a los espectadores. Para mí solo hay buen trabajo y arte intenso”, asegura cuando se le pregunta. El día del ensayo general salió a saludar con las muletas de las que se ayuda. Parecía que estaba satisfecho con el resultado.
Ya tiene planes para el año que viene. En 2022 habrá cumplido los 83 y tiene in mente una acción de seis días, pospuesta al año próximo porque la pandemia impide que se lleve a cabo como Nitsch desea: no hay distancia entre los espectadores, que participan activamente en el desarrollo de la acción, algo que dadas las circunstancias actuales, es imposible poner en práctica.. Entre julio y agosto. Coincidirá con la celebración de Bayreuth. Otra cosa bien distinta es que el encargo sea para el Festival. Por el momento no lo desvela; sin embargo, ya trabaja en ello. Gema Pajares
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