Veranos de la Villa: una Revoltosa escueta y limpia
Veranos de la Villa: una Revoltosa escueta y limpia
Ruperto Chapí: “La Revoltosa”. Irene Palazón, Gerardo Bullón, Javier Ibarz, Francisco Matilla, Ricardo Muñiz, Alejandro González, Trinidad Iglesias, Ana María Hidalgo, Carmen Arribas, Daniel y José Díaz Caballero. Ensemble Instrumental de Madrid. Coro de Ópera Cómica de Madrid. Dirección musical: Oliver Díaz. Dirección de escena: Francisco Matilla. Coreografía: José Antonio. Jardines Sabatini, Madrid. 13-8-2014. Veranos de la Villa.
Sobre un ameno y castizo libreto de López Silva y Fernández Shaw,Chapí acertó a escribir una música gozosa, en la que lo instrumental es, curiosamente, más importante que lo vocal, aunque ambos vectores estén perfectamente amalgamados en secuencias bien conformadas. En este aspecto, el melodrama o melólogo que abre la composición sobre fondo de la cuerda grave es ejemplar, como lo son los famosos “Preludio” y dúo amoroso. Y ejemplar fue la manera en la que todo se desarrolló a lo largo de la representación de Ópera Cómica, dirigida escénicamente por Matilla, que, empleando medios modestos, hizo, como en él es habitual, un planteamiento sencillo, conceptualmente limpio y casi espartano sobre una escenografía minimalista y sugerente jugando con colores claros y crudos. Una corralasin farolillos verbeneros.
Prestó su concurso, enfrentándose a los problemas siempre derivados de la deformadora amplificación, una aplicada y reducida orquesta dirigida con contagioso impulso por Oliver Díaz, atento a la escena y servidor de acentos muy contrastados. Mari Pepa fue Irene Palazón, actriz con personalidad y garbo, que manejó una voz de lírico-ligera de emisión algo desigual, pero de grato color y plausibles medios, puede que en exceso liviana para lo central de la línea. Bullón fue un sólido Felipe. Es un barítono lírico de timbre muy atractivo, correcto y franco en la proyección, un punto abierto en la zona alta. Competente como actor.
Ana María Hidalgo, Soledad, cantó bien las guajiras, con una emisión de carácter en exceso nasal. Muy gracioso Matilla como el sastre Cándido, lo mismo que Trinidad Iglesias, en el papel de la aguerrida Gorgonia, su mujer, y a aceptable nivel los demás, incluidos los dos niños Díaz Caballero. Bien adiestrado cuerpo de baile. Los lunares estuvieron en un coro demasiado desmedrado y en la desordenada iluminación. Los modernos sistemas digitales a veces tienen estos inconvenientes.El espectáculo se abrió con fragmentos de “La boda de Luis Alonso”, “La viejecita” y “Agua, azucarillos y aguardiente”, estrenadas el mismo año en que lo hizo “La Revoltosa”, 1897. Arturo Reverter
Últimos comentarios