Verdi: Otello. J.Cura, K.Stoyanova, L.Atanelli. Coro y Orquesta del Teatro del Liceo. A.Ros Marbá, director. Opus Arte OA0963D
Verdi: Otello. J.Cura, K.Stoyanova, L.Atanelli. Coro y Orquesta del Teatro del Liceo. A.Ros Marbá, director. Opus Arte OA0963D
José Cura tenía todo a su favor para ser el gran Otello de la era post-Domingo, pero se quedó en el camino. Tenía la prestancia física, la voz de algunos tintes baritonales pero fácil en el agudo y, también a su favor, la práctica ausencia de competidores, si excluimos a Galusin. Sin embargo no llegó a profundizar en el personaje, que queda un tanto plano comparado con el del tenor madrileño. En esta grabación proveniente del Liceo logra mantener el tipo vocal y escénico, sin ya tener que recurrir a enseñar pectorales porque, entre otras cosas, para eso hay un Cassio mucho más atlético y apolíneo. Lado Altaneli posee una de las mejores voces baritonales de los últimos tiempos, pero no entra en el personaje de Yago, sino que se pasea por la escena sin caracterizarlo y termina como si no hubiese realizado ningún esfuerzo. Así no se transmite emoción alguna. Krassimira Stoyanova domina la parte de Desdémona, entre otras cosas porque ha tomado nota de cómo la cantaba Mirilla Freni, lo que resulta evidente en muchas frases. La voz es bonita y suficiente, aunque los graves de “una parola orrenda” u otras frases de igual peso queden escasos; resulta musical, apiana, fila y exhibe medias voces. No es cuestión de pedir más.
“Otello” dista de ser obra para Ros Marbá, aunque los resultados mejoren ampliamente las expectativas. Acompaña con lirismo y recogimiento la “canción del sauce”, pero falta una visión global madura y coherente, con una mayor profundización en los juegos de tensiones dramáticas. Algo análogo cabe apuntar de Willy Decker. Los dos paredones laterales que tienden a cerrarse al fondo del escenario no dejan espacio para el coro. Lo malo es el uso y abuso posterior de una idea acertada: la cruz. Otello ya lleva la suya para que le abrumen continuamente con otra. Sin ser en absoluto un “Otello” de referencia, hay en él algunas cosas que disfrutar. Gonzalo Alonso
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