Víctor Pablo Pérez, gran beethoveniano

Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid
Obras de BEETHOVEN, MOZART Y CHERUBINI. Judith Jáuregui, Andrea Lucchesini (pianos). Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Dir.: Víctor Pablo Pérez. 19 y 25 de febrero de 2014; Auditorio Nacional de Música, Madrid.     

En menos de una semana, la pluriempleada Orquesta de la Comunidad de Madrid –es la agrupación titular del Teatro de la Zarzuela, entre otras actividades- ha dado dos conciertos en el Auditorio Nacional regida por su nuevo titular desde esta campaña 13-14, el burgalés Víctor Pablo Pérez. Es difícil imaginar dos personalidades tan distintas como José Ramón Encinar, el hombre que durante más de una década ha cincelado a los conjuntos de la Comunidad con una programación imaginativa y renovadora, y el en su día titular de las Sinfónicas de Tenerife y Galicia. Les une, con todo, su avezada capacidad para programar con fantasía e atractivo. Víctor Pablo ha tenido sesiones con pianistas, uno de ellos sustituido casi en el último minuto, con Beethoven de telón de fondo.

El tradicional homenaje de la Universidad Autónoma a la memoria del Profesor Tomás y Valiente contaba con la joven pianista Judith Jáuregui (Donostia, 1985), interpretando el “Concierto 20 en Re menor” de Mozart. Pocos artistas españoles menores de 30 años -puede que sólo Leticia Moreno- poseen tan alta difusión mediática como Jáuregui. Pero promociones aparte, la de San Sebastián es una espléndida pianista, cargada de musicalidad, capaz de desentrañar con éxito pieza tan densa como la mozartiana; remató su feliz actuación con una interpretación mágica de las “Escenas de niños” de Mompou. Víctor Pablo Pérez acompañó a la solista con complicidad y sapiencia, pero guardó lo mejor de la noche para una “Sinfonía Heroica” de Beethoven absolutamente ejemplar, matizada en las dinámicas hasta el puntillismo y reveladora –parece imposible a estas alturas- de texturas y contrapuntos que la eternamente joven partitura esconde. Se empleó –como hiciera López Cobos-la magnífica edición de Jonathan del Mar y el resultado fue una traducción de maestro.

No bajó el listón en el inmediato Beethoven, el “Tercer Concierto para piano, Op. 37”, en donde Andrea Lucchesini (Massa e Cocille, 1965) reemplazó a un indispuesto Rafael Blechacz, con feliz actuación del italiano y de nuevo admirable acompañamiento del burgalés, que cerró la segunda jornada con una obra que, en sus manos y con su entusiasmo, cobra más fuste del que acaso posee la propia partitura, el “Réquiem en Re menor” de Cherubini, fabulosamente cantado por el Coro de la Comunidad. Los conjuntos madrileños han hecho un gran fichaje en una tarea nada sencilla, reemplazar con éxito al incansable Encinar. José Luis Pérez de Arteaga