Victoria de los Ángeles recibe el último adiós en un funeral religioso con música y cantos
Victoria de los Ángeles recibe el último adiós en un funeral religioso con música y cantos LA PROVINCIA 18/01/2004
La soprano Victoria de los Ángeles fue despedida ayer en una
abarrotada basílica de Santa María del Mar de Barcelona en un
funeral religioso presidido por la música y el canto, que finalizó
con un cerrado y emotivo último aplauso a la soprano, fallecida
el sábado a los 81 años.
Cerca de 2.500 personas, entre familiares, amigos, admiradores
y autoridades, llenaron la iglesia durante los sesenta minutos
que duró el acto religioso, que fue oficiado por cinco sacerdotes
y presidido por Albert Taulé, rector de la parroquia barcelonesa.
Coronado por un ramillete de claveles blancos, el féretro con
los restos mortales de la cantante llegó al altar bajo los acordes
y las voces del coro y orquesta del Gran Teatro del Liceo, que
interpretaron un fragmento de Parsifal, de Richard Wagner, y
permaneció custodiado durante toda la ceremonia por dos Mossos
d´Esquadra con uniforme de gala.
A uno y otro lado de la iglesia, en primera fila, los familiares
de Victoria de los Ángeles y las autoridades, entre ellas el
presidente Pasqual Maragall; el conseller en cap, Josep Bargalló;
las conselleras de Cultura, Caterina Mieras, y de Sanidad, Marina
Geli, y el director general del Instituto Nacional de las Artes
Escénicas y de la Música, José Antonio Campos, anterior director
artístico del madrileño Teatro de La Zarzuela.
El periodista Joan Armengol leyó un fragmento del Apocalipsis
y, a continuación, el coro y la orquesta del Liceo interpretaron
La lacrimosa, del Réquiem de Verdi, momento que los familiares
de la soprano vivieron con especial emotividad.
Compositor y músico, Albert Taulé dedicó unas palabras a la artista
fallecida y dijo que a las cantantes como Victoria de los Ángeles
“les damos nombre de divas, divinas, en las que Dios ha vertido
dotes angelicales, puestas al servicio de toda la humanidad”.
El sacerdote recordó las “caricias auditivas” que Victoria de
los Ángeles “prodigó a todo el mundo”, y tuvo un especial recuerdo
para “las obras escondidas que desarrollaba en su ámbito privado,
familiar, cosas que han permanecido en su interior”.
Victoria de los Ángeles “es un gran fichaje para el coro de los
ángeles y de los santos”, destacó. En la iglesia se hallaba
también Josep Caminal, director de la Fundación del Gran Teatro
del Liceo, quien siguió atentamente desde el balcón del órgano
de la iglesia la interpretación musical que acompañó el acto
fúnebre.
También asistieron el alcalde de Barcelona, Joan Clos; el jefe
de la oposición, Artur Mas; el concejal de Cultura de Barcelona,
Ferrán Mascarell; la esposa del ex presidente de la Generalitat,
Marta Ferrusola, y otros representante del mundo político.
La soprano y amiga Mirna Lacambra, presidenta de los Amigos de
la Ópera de Sabadell (Barcelona), la mezzosoprano Raquel Pierotti
y la soprano australiana Joan Sutherland, ambas jurado del Premio
Francesc Viñas de canto, acudieron también a despedir a la cantante.
Entre las numerosas personas anónimas que quisieron dar su último
adiós a Victoria de los Ángeles figuraba el camarero del Café
de la Ópera, establecimiento situado frente al Liceo y antaño
frecuentado por los amantes de la lírica
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