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ORFEO VUELVE AL REAL
Por Publicado el: 17/05/2008Categorías: Crítica

VIRTUDES VOCALES

VIRTUDES VOCALES

Mozart: “La clemenza di Tito”. Roberto Saccà, Alexandrina Pendatchanska, Vesselina Kasarova, Maite Beaumont, Ainhoa Garmendia, Alex Esposito. Director musical: Víctor Pablo Pérez. Director de escena y figurinista: Marco Carniti. Teatro Real, Madrid. 26-5-2008.

Mozart es canto puro, línea, clasicismo pleno, virtuosismo trascendente. Necesita voces que sirvan esos presupuestos limpiamente. Cuando existen y se dan en una ópera como “La clemenza di Tito” al menos mínimamente, la música y el mensaje transparente, de sentimientos y valores morales, aparecen bien servidos y alcanzan su meta; hasta el punto de que personajes de cartón piedra como los que pululan en esta ópera seria fuera de tiempo (1791) adquieren de pronto relieve humano.
Hemos tenido un reparto de suficiente altura, aunque con sus matices. La gran triunfadora fue Kasarova, que mostró volumen, belleza tímbrica, oscuro color y buen dominio de agilidades. Ha perdido la pureza de emisión y molesta no poco la guturalidad de los graves, así como una curiosa manía de realizar constantes vaivenes dinámicos, del “forte” al “piano” y viceversa. Nos gustó más la línea y el control del aliento de su compatriota búlgara Pendatchanska, de voz extensa y bien coloreada, quizá algo corta de potencia en la zona inferior. Magnífica en su difícil aria “Non più di fiori”. Timbre poco grato aunque canto eficaz el del tenor lírico –que no ligero, menos mal- Saccà; excelente labor la de Beaumont y Garmendia, con voces y estilos adecuados, y cumplidor el bajo Esposito.
La dirección de Víctor Pablo fue templada y cuidadosa; homogénea de línea, clara de acentos y generalmente limpia. La Sinfónica sonó casi siempre bien. Espléndido Alberola en sus solos de clarinete y simplemente aceptable el coro. Todo funcionó sobre la escena preparada de Carniti, suficiente para una obra tan estática. Claridad de concepto, proyecciones alusivas y buen manejo de luces sobre una escalinata frontal el espectador. No hace falta más si se hace con gusto e inteligencia. Arturo Reverter

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