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Por Publicado el: 17/02/2013Categorías: Crítica

“Vísperas sicilianas” en Bilbao: Verdi acampa junto al 15M

Temporada de ópera de ABAO

Verdi acampa junto al 15M

“Les vêpres siciliennes” de Verdi. L.Haroutounian, G.Kunde, Dmitry Ulyanov, etc. Coro de Ópera de Bilabo y Orquesta Sinfónica de Euskadi. D.Livermore, dirección escénica. John Mauceri, dirección musical. Palacio Euskalduna. Bilbao, 16 de febrero.

“Vísperas sicilianas” es obra que se programa con cuentagotas. Perteneciente a la otra gran “Trilogía” verdiana junto con “Don Carlo” y “Forza”, requiere notables esfuerzos escénicos y canoros, fundamentalmente en las partes de tenor y soprano. Turín estrenó en marzo de 2001 la producción que llega a Bilbao. Entonces se ofreció en italiano y sin el ballet. Ahora, tras once años de ausencia en la ciudad, se ofrece en su versión original francesa, estrenada en París en 1855 y un año más tarde en la Scala, ya en italiano y aligerada. La idea, inicialmente correcta, naufraga por cuanto se ha “inventado” para Bilbao una escenificación para el ballet a base de proyectar videos durante más de media hora que no tienen nada que ver con la música de Verdi que suena, sino que viene a apoyar la filosofía en la que Davide Livermore basa su producción. La acción se traslada a la Italia de 1992, cuando los asesinatos de jueces como Falcone y Borsalino. Los opresores no son los franceses sino la casta política y la dictadura mediática, mientras que los oprimidos sicilianos resulta serlo el pueblo amante de la libertad y de una democracia secuestrada. Hay que reconocer que Livermore se ha aplicado y la propuesta, desarrollada muy cinematográficamente, interesa e incluso son pocas las veces en que choca con el libreto. Otra cosa es que estas cosas ayuden de verdad al género. Si nuestros jóvenes no tienen idea de quien fue Carrero Blanco, ¿qué les da a decir el asesinato de Falcone? Es más, incluso para quienes vivimos aquellos sucesos resultarían incomprensibles muchos detalles de la escenificación si no fuese por las amplias y sólidas explicaciones del regista en el programa de mano. Lástima que sobren 25 de los 30 minutos de los videos proyectados durante el ballet, dedicados a los movimientos antisistema -15M a gogó-  y a las políticas española e italiana. Francamente, hubiera sido menos demagógico y más honesto acudir, hablando de mafias y terrorismo, a un ejemplo mucho más próximo para vascos y españoles. Gran parte del público reaccionó airadamente, como era lógico. Lástima porque distanció de una representación con muchos valores, entre ellos las cinematográficas escenas en exteriores.

Gregori Kunde se ha convertido en paladín de este dificilísimo repertorio, sobrado vocalmente si exceptuamos ese “re bemol” del V acto, emitido en falsete como no puede ser de otra forma con una voz tan importante como la que es hoy la suya. Lianna Haroutounian empezó escasa en los graves y el centro, para mejorar con mucho en los dos últimos actos, llagando apañar bastante bien la extensa tesitura del célebre “Bolero”, convertido en un reality televisivo. Estuvo convincente Vladimir Stoyanov aunque resulte un barítono demasiado lírico para la parte y Dmitry Ulyanov volvió a ser el poderoso bajo, algo tosco, que acostumbra. Dirigió con vitalidad, de menos a más, John Mauceri a un Coro de Bilbao no siempre ajustado y una Orquesta Sinfónica de Euskadi en mejor forma de lo esperado. Una representación que merece la pena ser vista. Gonzalo Alonso

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