Vladimir Jurowski con la LPO en Ibermúsica
Obras maestras de Dvorák, Mahler, Chaikovski y Chopin con la prestigiosa London Philharmonic Orchestra Los días 9 y 10 de diciembre de la mano de Ibermúsica en el Auditorio Nacional de Música Un programa de auténtico lujo espera a los afortunados asistentes a los dos próximos conciertos que Ibermúsica ha preparado para los días 9 y 10 de diciembre a las 22:30 en el Auditorio Nacional de Madrid. Nada menos que el Concierto para violonchelo de Dvo?ák, la Sinfonía núm. 4 de Mahler, el Concierto para piano núm. 1 de Chopin, y la Sinfonía núm. 2, de Chaikovski. Todo ello con la prestigiosa y renombrada London Philharmonic Orchestra (LPO) bajo la batuta de su director titular, Vladimir Jurowski, elogiado por su dinamismo y su desafiante compromiso artístico. Le acompañarán el violonchelista Adolfo Gutiérrez Arenas, la soprano Sofia Fomina, una artista al alza desde su espectacular debut en el Covent Garden en 2012 y el talentoso pianista canadiense Jan Lisiecki que llamó la atención de la escena musical internacional después de que el Instituto Fryderyk Chopin emitiese una grabación suya interpretando obras del compositor polaco cuando apenas tenía 13 y 14 años. Aunque las primeras obras escritas por Dvorak en Estados Unidos están cargadas de referencias a la música folclórica norteamericana, en su última obra –el Concierto para Violonchelo–, seguramente su concierto más conocido, su nostalgia se impuso y la obra está llena del espíritu de su Bohemia natal, que se siente orgullosa de sus tradiciones y las eleva a la máxima expresión artística. Esta obra es una de las joyas de su producción musical y una de las cimas para el cello solista. Mahler decía que una sinfonía debía contener el mundo entero y por tanto todas sus posibilidades, todo su desorden y toda su multiplicidad, así sus obras son cambiantes, complejas, extremas, pero de una humanidad intensa. La cuarta sinfonía es su obra menos oscura y la más popular. Curiosamente, su cuarto (y último) movimiento fue cronológicamente el primero en componerse (1892), mientras que los tres restantes tuvieron que esperar más de siete años, hasta el periodo 1899 – 1901 para ser llevados al pentagrama. El encanto melódico y la delicada esencia que se desprende de la música de Frédéric Chopin (1810-1849) ha hecho de su obra un lenguaje único e incomparable que jamás ha podido ser imitado. Por otra parte la exquisita fluidez y habilísima escritura que presenta la vasta producción de este gran romántico, lo sitúan como un compositor pulcro en el detalle. En sus conciertos, Chopin no tiene como modelos el concierto beethoveniano, o mozartiano, sino el de sus contemporáneos, menos notables (Hummel, Hiller, Kalkbrenner), en que el piano es abiertamente el protagonista, con la orquesta en un plano secundario, encargada de la exposición inicial de los temas y de subrayar los momentos de gran expresividad en apoyo al solista. Por eso su escritura pianística no tiene igual. La “Sinfonía Nº 2 en do menor” de Chaikovski, también conocida como “Pequeña Rusia” se refiere a Ucrania, como era llamada entonces por los rusos. Este sobrenombre fue dado por el crítico musical Kachkine. El uso de melodías folclóricas satisfizo al grupo de músicos nacionalistas de San Petersburgo. Después de la frialdad con que se acogió el primer movimiento, la sinfonía fue aplaudida de inmediato por el público, críticos y amigos del compositor. Nikolái Rubinstein, que estaba en el podio, tuvo que repetir una parte de la sinfonía en el estreno, que tuvo lugar 7 de febrero de 1873. Chaikovski tenía el hábito y la pasión de revisar, ampliar, cortar o destruir parte de sus composiciones y revisar a lo largo de los años una obra con la que nunca quedaba totalmente satisfecho. Con esta sinfonía ocurrió lo mismo. Una gran orquesta y un genial director La LPO ha sido elogiada en todo el mundo por su distinguida y extensa trayectoria, así como por su espíritu vanguardista. Además de interpretar conciertos de música clásica, también graban bandas sonoras para películas (como la de El señor de los anillos) y videojuegos. Gracias a su voluntad por extender su influencia más allá de su actividad concertística, la LPO posee su propio sello discográfico, creado en 2005, y llega a miles de londinenses cada año a través de sus actividades en colegios y comunidades locales. Sus actuaciones se transmiten por televisión y radio. Fue fundada por Sir Thomas Beecham en 1932 y, desde entonces, ha sido dirigida por grandes maestros como Sir Adrian Boult, Bernard Haitink, Sir Georg Solti, Klaus Tennstedt y Kurt Masur. Su actual Director Titular es Vladimir Jurowski, nombrado en 2007, quien se pondrá al frente de esta institución en los dos conciertos que ofrecerán en Ibermúsica. Ha actuado en el Royal Festival Hall desde su inauguración en 1951 y es Orquesta Residente desde 1992. Asimismo, ha ofrecido brillantes residencias en Brighton y Eastbourne y, durante el verano, actúa en el Festival de Glyndebourne, donde ha sido residente desde hace más de 50 años. Es uno de los directores más solicitados de la actualidad y ha sido elogiado por su dinamismo, musicalidad y desafiante compromiso artístico. Ibermúsica lleva 45 años trayendo lo mejor de la música a España y espera seguirlo haciendo, liderado por su fundador, Alfonso Aijón. Quienes estén interesados en adquirir localidades, aún hay disponibles en: www.entradasinaem.es; tel.: 902 22 49 49 o directamente en las taquillas del Auditorio Nacional de Música. Sigue a Ibermúsica en: www.ibermusica.es, en Facebook y en Twitter… y hazte AMIGO a través de su página web. |
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