Vlencia: Cultura estudia trasladar los grandes conciertos y ciclos del Palau de la Música al de les Arts
Cultura estudia trasladar los grandes conciertos y ciclos del Palau de la Música al de les Arts PREPARATIVOS. LAS OBRAS DEL PALAU DE LES ARTS SE ESPERA PUEDAN ESTAR CONCLUÍDAS EN OCTUBRE DE 2005.La Fundación del nuevo coliseo tendrá un carácter semipúblico para hacer frente a los setenta millones anuales que serán necesarios para su funcionamiento. La Orquesta de Valencia podría ser compartida entre los auditorios. J. R. S., Valencia . Diario Levante, 4 de noviembre 2004
La presencia de los grandes ciclos y orquestas en la programación del Palau de la Música de Valencia podría tener sus días contados en el auditorio valenciano y disfrutar de una nueve ubicación en el Palau de les Arts.
A tan sólo un año de que el edificio diseñado por Santiago Calatrava abra sus puertas-según las previsiones que baraja la propia Generalitat Valenciana será en octubre de 2005- el modelo de funcionamiento del coliseo parece comenzar a tomar cierta forma. Ya no sólo por la aparición de una dotación de 12 millones de euros en el presupuesto de la Conselleria de Cultura para la denominada Fundación Palau de les Arts, cuyos estatutos están sólo pendientes de peinar, sino porque esta cantidad estará destinada a la puesta en funcionamiento de este nuevo ente que ha de conformarse como el motor de la mastodóntica infraestructura.
Cultura ha descartado la creación de un consorcio interinstitucional y ha dibujado una fundación para el coliseo que tendría carácter semipúblico. Así lo han confirmado a Levante-EMV fuentes de la Generalitat que confían en que dentro de esta fundación se encuentren tanto instituciones locales como autonómicas y empresas privadas que podrían encontrar ciertas ventajas fiscales gracias a su participación económica en la iniciativa.
Pero lo que más preocupa a la Administración es el contenido de una infraestructura con tres auditorios y que necesitará de un presupuesto anual que, según algunos expertos, podría acercarse a los 70 millones de euros anuales, una cantidad muy superior a los 44 millones que consume el Teatro Real.
Sin orquesta propia ni visos de que sea realidad en un corto plazo de tiempo- se habló en su día incluso de contar con una orquesta internacional con carácter residente o de que el programa inaugural sería la Segunda Sinfonía de Mahler dirigida por Zubin Mehta-, fuentes de la Generalitat confirmaban que entre las propuestas barajadas figura la opción de que el el Palau de les Arts, durante sus primeras temporadas de rodaje, e incluso indefinidamente, asuma en gran medida el grueso de la programación del Palau de la Música; esto es, los grandes ciclos y la presencia de las orquestas que dan fuste hoy por hoy al calendario del auditorio. «El Palau de la Música es de la ciudad pero también será de la ciudad el Palau de les Arts por lo que hay que buscar soluciones consensuadas. Y una vez abierto el Palau de les Arts el Palau de la Música quedará empequeñecido. La capacidad del Palau de les Arts desborda al de la Música», manifestaba a este diario un alto cargo de la Generalitat. Sin embargo, la apuesta resulta complicada porque significaría descafeinar un auditorio para vestir otro y conlleva la necesidad de un entendimiento que va más allá de la parcela cultural para entrar de lleno en la negociación política.
El Palau de la Música podría seguir contando con la música de cámara, potenciar las otras músicas y abrir la puerta de forma más notable a las bandas de música de la Comunidad Valencia. Hace pocos meses la propia Diputación de Valencia ya efectuaba un guiñó cuando anunciaba que el concurso Iturbi iría en un futuro al Palau de les Arts porque había que dotarlo de contenido y el nuevo coliseo era el espacio idóneo. Más allá de un simple manifestación, la propuesta esconde una intención o un gesto de por donde irían los tiros.
Pero más allá respondería a la búsqueda de una solución para salir al paso de una situación financiera complicada en las arcas públicas. Como también sería la opción de compartir la propia Orquesta de Valencia o convertir a ésta en la base de la futura Orquesta del Palau de les Arts, como así se ha barajado.
Lo bien cierto es que, con octubre de 2005 muy próximo en cuestiones artísticas, apenas se han dado pasos en aspectos relacionados con la producción o formación de una orquesta por lo que la presencia de una temporada regular de ópera marca un horizonte a salvar con gestos puntuales o con la compra de producciones que ayuden a dar vida a un Palacio de la Opera que está dando a muchos demasiados quebraderos de cabeza antes de estar concluido al haber empezado a construirse por el tejado.
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