Wagner con morbo en la OCNE
Wagner con morbo
La discusión no tiene límite: ¿es o no mejor un cantante con voz justita que cante muy bien que no una buena voz, adecuada de forma ortodoxa a la parte y con recursos canoros naturales mejores pero que disfrace el verdadero canto con todas estas cosas? Esta es una pregunta que eternizaron eternas parejas: ¿qué fue mejor para Violetta, la voz perfecta de la Caballé o el arte a raudales de la Callas? ¿la voz incomparable de la Tebaldi o el despliegue dramático de la Cotrubas? Voz o canto. No es lo mismo. Y solo a veces, muy a la larga, ambas cosas caminan juntas. Y si en Mozart, en el bel canto o en Verdi el asunto es peliagudísimo, en Wagner en ocasiones ha rozado y roza la paradoja. Un ejemplo extremo: ¿quién hizo un mejor Stolzing, Plácido Domingo o Wolfang Windgassen? Para algunos la sola comparación roza el anatema; para otros no hay duda acerca de la ´italianidad´ del español para cantar el rol más italiano de Wagner. Y en fin, ¿quién mejor parta Wotan, el aplastante London o el mismísimo Fischer-Dieskau? ¿Hotter o Pape? Podríamos seguir haciéndonos preguntas como estas durante folios y folios especulativos. Las respuestas las seguirían teniendo cada aficionado, y desde luego bien distintas. Gracias a Dios.
Vienen a cuento tales reflexiones porque la primera orquesta española, nuestra ONE, propone esta semana en su ciclo de abono un concierto parte del cual contiene una singularidad casi experimental: un extraordinario cantante se va a enfrentar a una extraordinaria música para la que su voz no es la más adecuada. En teoría. O no tan en teoría. Matthias Goerne tiene experiencia en Wagner ( Kurwenal, Wolfram, Amfortas), pero va a cantar dos partes absolutamente prohibitivas para su voz, un barítono de no mucho volumen y timbre más bien claro, una voz de liederista de libro, campo en el cual Goerne ha demostrado en repetidas ocasiones su destreza y su arte. Se trata de la despedida de Wotan, la última escena de La Walquiria, y el monólogo de Marke del segundo acto de Tristán e Isolda. O sea, la exposición de las razones por las cuales dos personajes centrales en las respectivas historias que se nos cuentan en esas dos óperas han sido traicionados, un padre orgulloso y un amante con cuernos, harán lo que tienen que hacer tras haber caído en semejante dolosa situación. El ´aria´ del rey Marke está escrita para un bajo profundo; y Wotan es un barítono- bajo que ha de extenderse hasta el Fa natural (con un ´orquestón´ encima). Pues bien, la cosa es que Matthias Goerne va a hacer esas dos ´arias´, y que si en principio parece un auténtico suicidio en escena, podríamos tener razones para esperar el milagro de que no se hunda entre los estertores orquestales que va a tener tras él en Walkiria y las exigencias en tesitura, respiración y control en el eterno y acongojante monólogo del rey y amigo traicionado por el radicar y fogoso siervo y la novia díscola. Sin duda el morbo está servido.
En realidad en el programa general de la temporada no estaba anunciado esto. Sí se incluía la música del fuego mágico y despedida del padre Wotan, pero no el monólogo de Marke, completándose la ración wagneriana con la Obertura de Tannhäuser. Ignoro las razones del cambio. Ahora, además, se podrá escuchar el preludio del primer acto de la misma Tristán e Isolda, lo que por otro lado enlaza mejor con Marke. Pero si hasta aquí las razones para no perderse esta semana el concierto de la ONE son evidentes, queda lo mejor por considerar. Quien pondrá orden en esta aventura es uno de los mejores directores de orquesta del momento, quien, además, nos reserva una auténtica orgía para cerrarla, su versión de La consagración de la primavera de Stravinsky. Hablamos de un Christoph Eschenbach que nunca se casó con nadie a la hora de aceptar puestos de responsabilidad en las orquestas, y que por ello mismo goza de una independencia que, una y otra vez, se nota en la música que hace. La hace cuando la quiere hacer y con quien la quiere hacer. En ese sentido, es todo un logro poder tenerlo aquí con frecuencia. Pedro González Mira.
Matthias Goerne, barítono. Orquesta Nacional de España. Dir.: Christoph Eschenbach. Obras de Wagner y Stravinski. Viernes 4, sábado 5, 19.30; domingo 6, 11.30. Entre 11 y 37 €. (viernes y sábado); entre 11 y 27 €. (domingo).
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