William Christie y Les Arts Florissants llevan las Leçons de Ténèbres de Charpentier a San Lorenzo de El Escorial
El Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial recibe el 13 de abril al maestro estadounidense William Christie, fundador de uno de los grandes conjuntos musicales barrocos, Les Arts Florissants. Para esta ocasión, este tándem ofrecerá las asombrosas Leçons de Ténèbres de Charpentier, obra que se encuadra en las fechas pascuales. El concierto contará con la interpretación de dos cantantes excepcionales, el contratenor Ilja Aksionov y el bajo Padraic Rowan.

William Christie
El prestigioso director estadounidense William Christie, al frente del conjunto especializado en música barroca Les Arts Florissants, recupera en un concierto de Semana Santa en San Lorenzo de El Escorial una de las series musicales más asombrosas del compositor francés Marc-Antoine Charpentier: las Leçons de Ténèbres.
El concierto se celebrará en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial el 13 de abril y en él Christie, que celebra en esta temporada 2024-25 su 80 cumpleaños, se rodea de dos cantantes integrantes de la Academia Le Jardin des Voix en diferentes ediciones: el tenor alto Ilja Aksionov y el bajo Padraic Rowan.
La música de Charpentier no le es ajena al director William Christie, afincado en Francia desde 1971. Hace tiempo que Christie y Les Arts Florissants exploran el repertorio sacro de Charpentier, reinterpretando algunas de sus partituras más famosas como las Leçons de Ténèbres. Estas piezas, que toman su nombre de las condiciones en las que se interpretaron (las velas se apagaban durante su interpretación), despliegan con sensibilidad un lenguaje musical singularísimo para evocar las lamentaciones de Jeremías, mezclando influencias gregorianas y melismas floridos.
Marc-Antoine Charpentier dejó un legado musical gigantesco: 550 obras, compuestas principalmente para la iglesia. Su paleta con infinita variedad de colores y texturas confiere a su música una expresividad teatral, incluso en las piezas más estrictamente reservadas para la liturgia católica. No sorprende, por tanto, que dedicara una parte tan considerable de su obra, como ocurre con las Leçons de Ténèbres, al acontecimiento dramático por excelencia para cualquier hombre del siglo XVII: la historia de la Semana Santa, de la Pasión y Resurrección de Cristo.
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