Zarzuela en el Español
Zarzuela en el Español
Un doble programa digno de verse
“Adiós a la bohemia” y “Black, el payaso” de Sorozábal. I.Fresán, J.Galán, E.Baquerizo, etc. M.Gas e Ignacio García, direcciones escénicas. M.Gas, dirección musical. Teatro Español. Madrid
El Ayuntamiento de Madrid ha emprendido una adecuada labor al elevar el nivel de las representaciones que se venían haciendo en recintos municipales fuera de ese Teatro de la Zarzuela al que incomprensiblemente es totalmente ajena tal administración. La clave ha sido introducir el género en la temporada del Teatro Español, que no cuenta con un foso adecuado, pero que saca mucho partido de los palcos laterales para colocar percusión y otras secciones según convenga a la partitura. Esta vez amplió también a los palcos laterales de todos los pisos, situando en cada uno de ellos a cada una de las prostitutas que cantan el admirable, triste y amargo coro de putas. Resultó emocionante.
Mario Gas acertó con el tono de sencillez y eficacia dado a la producción, resolviendo bien en el escenario tanto el coro de pintores como las diferentes pequeñas escenas que tienen lugar. Su hermano, Manuel Gas, ha demostrado ya que es alguien con quien se puede contar para este género, aunque en esta ocasión dejase sonar demasiado a la orquesta. Eran pocos, pero sonaron demasiado. Ello fue en perjuicio de los cantantes, especialmente los tres protagonistas de la obra de Sorozábal y Baroja. Iñaqui Fresán es un barítono lírico de gran musicalidad, pero no se le puede obligar a forzar y menos el registro grave. También estuvo muy bien Javier Galán, aunque haya de mejorar bastante su desenvoltura escénica, y Maria Rey-Joly dio adecuada réplica al frustrado enamorado.
La opereta “Black, el payaso” tiene mayor duración pero no mayor categoría musical, aunque un par de sus romanzas de tenor y barítono sean ampliamente conocidas. Resultó un acierto del joven director de escena, Ignacio García, acudir a la figura de un narrador con la que resolver el eterno problema de los diálogos, así como mantener siempre presente el ambiente circense. Galán volvió a mostrarse como un barítono que el Teatro de la Zarzuela desaprovecha y Enrique Baquerizo le dio el contrapunto, sobrándole en escena lo que a Galán les falta y faltándole ya en lo vocal lo que a Galán le sobra. El público, que llena la sala día tras día, mostró ampliamente su satisfacción a pesar de la larga duración total de ambas representaciones. Gonzalo Alonso
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